domingo, 22 de mayo de 2016

Mentalis Evocatio

La inteligencia es subjetiva, de hecho todo en este mundo es subjetivo. Basta con mirar a la persona que esté a nuestro lado, poner un poco de nuestra atención y descubriremos que tengo razón, existe una subjetividad que nos configura a esa persona. Así pues, la inteligencia no es más que una percepción de bondad sobre un sujeto, al cual reconstruimos mentalmente con la gran diferencia de que sobrepasa lo común o el promedio. Pero, quién hace al inteligente, cómo nace, es inteligente de verdad.
           Es sabido, y negado por los obtusos, que aquello a lo que nosotros llamamos realidad o mundo concreto, no existe como tal. Nuestra mente objetiva el mundo mediante tres procesos; primero, reconoce a la realidad como tal a partir de nuestra percepción, es decir, reconoce el punto donde la realidad “es”; segundo, aquello que ha reconocido como realidad y filtrado por la “percepción” pasa al punto de la “abstracción”, donde ya la realidad no es sino lo elemental y necesario para su identificación como tal (aquí se complica el asunto); finalmente, la abstracción que hemos hecho del mundo se interpreta, obteniéndose como resultado el mundo que conocemos, en otras palabras, no ya la realidad sino lo que interpretamos de ella.
           Complicado de entender, ya por los contras que pudiéremos encontrar, como la definición de percepción, abstracción e interpretación; o ya porque nuestra tradición cultural nos impide ver más allá de lo evidente. Ahora bien, si la realidad es una ilusión construida por y para nosotros mismos, cómo estar seguros de no estar solos en el mundo. Miren que las posibilidades se multiplican y todo puede ser. Nada me asegura que la lengua que hablo pertenezca al mismo sistema de la lengua que hablan los demás, puede ser que sólo interpretemos con acierto lo enunciado por el otro y de ahí que existan los malos entendidos cuando no se hace correctamente. Puede ser que lo que digo ni siquiera tenga significado, mas el otro tener la capacidad de entenderme priorizando sobre otros elementos no lingüísticos. Puede que nada exista o que exista sin ser real.
           Dijimos que nosotros mismos construimos la realidad y por ello la configuración que hacemos de las personas las define como tales, como inteligentes, tontos o regulares, además de la configuración que hace la propia persona de sí mismo; sin embargo, esta última es consecutiva y aun más relativa. Ergo, el inteligente puede no ser inteligente sino vivir con una etiqueta falsa que determina sus acciones. Cuáles son los límites que tiene el hecho de que la realidad no sea sino una proyección de lo que nosotros queremos que sea. Hasta dónde se puede llegar si alguien ocupa este conocimiento para beneficio propio.
A mediados del siglo XX, por ahí de la segunda mitad de la década de los 50’s, existió un grupo cultural-estudiantil-internacional de nivel universitario, cuyos integrantes eran: Maribel Viedman, Victor Varr, Raneo Doviallá, Emilho Cabanhas, Al-Dei Jubal, Lilith Pech, Sandy Lee, Quper, Gerad Bù-hau, François Fraternel, José Luis Cortazar y Banjû le Memoiritèr. Este grupo de intelectuales, reconocidos ampliamente hoy por innumerables trabajos filosóficos, musicales, lingüísticos y literarios, creo la teoría llamada “Mentalis Evocatio”, la cual afirmaba que la respuesta a toda interrogante está dada dentro de la mente de cada individuo. Así pues, la verdadera tarea al dar la respuesta no es conocerla sino encontrar las palabras precisas que la evoquen dentro de la mente del que pregunta.
           A pesar de los resultados fallidos que muchos de ellos obtuvieron durante un largo periodo, bien por no comprender del todo la teoría, o bien por sobrevalorarla, tres personajes se distinguen por la facilidad en que la utilizaron. Victor Varr, François Fraternel y Banjû le Memoiritèr lograron comprobar que era posible contestar sin dar la respuesta en el discurso.
         Victor Varr, semiotista de la escuela de París y profesor de semiótica intensiva en la Universidad de Puebla, descubrió que las maravillosas imágenes del poema Primero Sueño son una muestra barroca del mundo natural. Lo asombroso de su trabajo no fue en sí demostrar lo barroco sino desentrañar las formas que nos pierden en los vericuetos de la polisemia y hacernos ver que el poema no es lo barroco pero sí necesariamente debe representar en sus formas a aquello que está describiendo como barroco: el mundo. François Fraternel, realizó varios estudios sobre los portales dimensionales creados sin intención por el hombre, en los que la constante siempre era la predisposición inconsciente del sujeto a descubrir nuevos horizontes de conocimiento. Su trabajo consistió en una serie de entrevistas en las que, mediante una pregunta hacia él mismo de parte del entrevistado, descubría quienes eran las personas más propicias para un viaje inter-dimensional; recordemos que la teoría de la evocación mental afirma que la respuesta a toda interrogante está dentro de nosotros. Finalmente, Banjû le Memoiritèr estableció las bases para el aprendizaje de otra lengua mediante el retroceso histórico en la familia de la lengua madre. Así, las lenguas que fácilmente un hispanoparlante podía aprender eran: el portugués, el aragonés, el catalán, el francés, el italiano, el retrorromano y algunas más que son casi desconocidas.
            Los otros miembros del grupo no se han quedado atrás, sin embargo, existen pocas evidencias de trascendencia en sus trabajos. Alguno de ellos, no recuerdo quién, hizo una tesis doctoral de literatura que habló de la posibilidad de estar ficcionalizados en algún libro, ya sea por un sólo autor o por más de uno; incluso se dice que este mismo personaje publicó un libro a la par de otro grande de la literatura nacido bajo el canto de los tangos.
        Hoy, sin acaparar el mundo científico de las humanidades, continúan sus estudios en las diferentes universidades en que laboran, aunque uno de ellos ha desaparecido sin dejar rastro: Emilho Cabanhas.

Aguilar Sánchez, Paul (Pool DunkelBlau), Mutantografías: Mentalis Evocatio (inédito)

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